¿Qué podemos hacer para ser más felices en el trabajo?
- Uriel
- 1 jun 2016
- 5 Min. de lectura

Todos queremos ser felices, pero no siempre le atinamos a los caminos o las estrategias que elegimos para alcanzar esa felicidad.
El doctor Tal Ben Shahar, profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard y director de la cátedra de felicidad de esta universidad, presentó en la conferencia Happiness at Work (Felicidad en el Trabajo) el impacto que nuestro trabajo tiene en nuestros niveles de felicidad y cómo mejorar significativamente nuestra vida laboral. Hemos preparado un resumen de esta conferencia para compartir en Macondo es Felicidad . Si prefieres puedes ver la conferencia completa (25 minutos) en el video de abajo.
Todos tenemos nuestra personal y propia definición de felicidad o tenemos lo que podríamos llamar nuestra propia “receta” para alcanzar la felicidad. Pero estos conceptos son tan subjetivos, que nos sirven muy poco a la hora de entender el concepto felicidad de una manera más general para la mayoría de los seres humanos.
Hace un poco más de 20 años el doctor Martin Seligman, junto con otros psicólogos y científicos, decidieron dejar de ver la parte negativa de la psicología: La enfermedad, la desviación, el problema y empezaron a analizar y a estudiar la parte positiva, concretamente las causas y razones, desde un punto científico, de la felicidad. A esta nueva rama de la Psicología se le conoce como Psicología Positiva o Ciencia de la Felicidad.
Tal Ben Shahar - Happiness at Work - Felicidad en el Trabajo (Happier.TV)
Pasamos la mayor parte de nuestras horas conscientes en el trabajo, y a la mayoría de las personas no le agrada su trabajo. De hecho, una investigación que se hizo al rededor del mundo demostró que sólo 1 de cada 5 personas se involucra realmente en su trabajo.
¿Qué podemos hacer para ser más felices en el trabajo?
Lo primero que podríamos hacer es cambiar de trabajo, encontrar un lugar distinto para trabajar. Esta es una opción que puede no ser realista para muchas personas. Bien porque necesitan ese trabajo, o bien porque aunque no son felices en su trabajo son conscientes de que con él logran disfrutar de un estilo de vida que sí les gusta para sí mismos y para sus familias.
Por otro lado, quienes son más audaces y se arriesgan a cambiar de trabajo tal vez se han dado cuenta de que siempre encuentran razones para no sentirse verdaderamente felices en ninguno de esos trabajos. Entonces se dan cuenta de que la falta de felicidad no es ocasionada por factores externos, sino que es algo que está dentro de ellos mismos.
Si la solución no está en cambiar de trabajo, lo que podemos hacer es cambiar nuestra perspectiva sobre el trabajo.
Una fuente de inspiración sobre el cambio de perspectivas la podemos encontrar en Viktor Frankl quién, siendo prisionero en los campos de concentración en Auschwitz, encontró que siendo imposible cambiar su situación como prisionero podía tener una luz de esperanza al cambiar su perspectiva con respecto a su situación. En su libro "El Hombre en Busca de Sentido" escribió: “Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, tenemos el reto de cambiarnos a nosotros mismos”.
Este cambio de perspectiva lo podemos lograr reestructurando nuestro trabajo.
Diversos estudios han demostrado que la orientación laboral de las personas puede dividirse en 3 grupos:
Quiénes ven su trabajo como una tarea. Algo que hacen por el pago. Algo que tienen que hacer y sobre lo cuál no tienen ninguna otra opción más que hacerlo. Su expectativa siempre está en que llegue el final del día, o del turno, o de la semana o que lleguen las vacaciones para alejarse de su trabajo.
Quiénes ven su trabajo como una carrera. Para ellos se trata de llegar al siguiente nivel, de lograr el ascenso, de lograr el aumento de sueldo, de ser cada vez mejores y crecer más, ganar más, tener más.
Quiénes ven su trabajo como una vocación. Su trabajo es su propósito, es lo más importante que podrían pensar en hacer. Es algo que aman. Su pasión les da un sentido de propósito y un significado.
Quiénes ven su trabajo como una vocación están más comprometidos con su empresa, tienen mejor rendimiento y son más felices en el trabajo y en la vida en general.
Pero no podemos esperar ver siempre nuestro trabajo como una vocación. Es válido que haya momentos para verlo como una tarea, algo que tenemos que hacer; otros momentos lo podemos ver como una carrera y aspirar llegar al siguiente nivel; y habrá otros momentos en que lo veamos como vocación: con pasión y amor. Lo realmente importante es poder hallar la forma para que pasemos el mayor tiempo posible en orientación de vocación que de carrera, y, por su puesto, que de tarea. Es posible decidir cuál es la orientación laboral con la que vemos nuestro trabajo.
No es un asunto que se deriva de las circunstancias objetivas de lo que hacemos. Tiene que ver con la interpretación subjetiva de nuestra experiencia lo que determina nuestra orientación laboral. Como ejemplo: Los encargados del aseo y la limpieza en un hospital pueden elegir ver su trabajo como una tarea, algo que tienen que hacer y por lo que les paga, y ya. Otros pueden elegir verlo como una carrera: Si lo hacen bien pueden aspirar a ser supervisores, o directores de mantenimiento y así tener una mejor posición y un mejor sueldo. Otros pueden elegir verlo como una vocación: Al ocuparse del aseo y la limpieza están ayudando a que los pacientes tengan más oportunidades de recuperarse y a que el personal de atención se sienta más cómodo en el desarrollo de su trabajo.
Ahora, lo importante es hallar cómo pasar más tiempo en la orientación laboral de vocación. Porque estar en vocación nos ayuda a ser más felices, nos ofrece una mayor sensación de bienestar y nos prermite tener más éxito profesional y personal.
¿Qué decisiones podemos tomar diariamente que transformen nuestra orientación laboral?
Cambiar de actividades. Mantener el mismo trabajo pero hacer otras cosas que estén más alineadas con nuestros valores, que sean más significativas para nosotros, así no sean parte de nuestras funciones. No tienen que ser cambios grandes, con tan sólo involucrar algunas pequeñas actividades que nos hagan sentir bien a nosotros lograremos un cambio muy importante en nuestra percepción de nuestra orientación. Los cambios pequeños hacen una gran diferencia.
Ejercer nuestras fortalezas de forma regular. Podemos hacer una lista de la que identificamos como nuestras fortalezas y buscar la manera de involucrar esas fortalezas (Por lo menos la más importante) en el desarrollo de nuestro trabajo.
Iniciar más interacciones sociales. Establecer mejores relaciones con los compañeros y con los clientes.
Encontrar qué es lo que le da sentido a nuestro trabajo. Encontrar y entender cómo con nuestro trabajo ayudamos a otras personas y decidir enfocarse en ello. Hacer nuestro trabajo siendo conscientes de que estamos ayudando a otros.
Encontrar lo espiritual en lo que hacemos. Entendiendo que espiritual no significa religioso. Espiritual es hallar el propósito y sentido en lo que hacemos.
Escribir la descripción de tu vocación. En el ejercicio de escribir esta descripción encontrar las palabras que tienen un impacto negativo sobre nosotros y cambiarlas por palabras con un sentido más positivo. Las palabras tienen poder y crean mundos.
¿Vemos nuestro trabajo como una tarea? ¿como una carrera? ¿o como una vocación?
En cada momento de nuestras vidas, independientemente de cuál sea nuestro trabajo, podemos decidir cómo actuar. Esas decisiones afectan nuestra satisfacción laboral, afectan qué tan creativos somos, afectan qué tan productivos somos. Con estas decisiones disfrutamos más de nuestro trabajo, y ya que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en el trabajo, con estas decisiones vamos a empezar a disfrutar también más de nuestras vidas, haciéndolas más ricas y plenas.
Tal Ben Shahar - Happiness at Work - Felicidad en el Trabajo (Happier.TV)
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